DE TORMENTAS Y
HURACANES, O LA DIFERENCIA ENTRE OPORTUNIDAD Y OPORTUNISMO EN MARKETING
DESDE EL RETAIL
El huracán Sandy asoló las costas de Estados
Unidos, Canadá y El Caribe a finales del año 2012, siendo el segundo en la
historia (después del Katrina) por nivel de daños. Causó la muerte de más de
170 personas solo en Estados Unidos, como consecuencia de las inundaciones
costeras agravadas por la coincidencia de vientos intensos y mareas lunares.
En este contexto son notorias las
campañas que dos marcas de moda, Gap y American Apparel, desarrollaron en los
días del huracán. Esta última, aprovechando la tormenta, envío un mensaje
masivo a clientes en el que se proponía la compra en sus tiendas en caso de
aburrirse durante la tormenta al no poderse salir de casa, propuesta que
incentivaba con un descuento en el precio del 20%.
Otro ejemplo, Starbucks. La semana
pasada el temporal de nieve llamado Nemo afectaba a una zona de 40 millones de
personas en Nueva Inglaterra, en EEUU, cerrando varios aeropuertos, dejando sin
luz a más de un millón de personas, y causando la muerte de al menos diez. Starbucks utilizaba esta situación para participar
en las conversaciones sobre la tormenta que se producían en la red, y a través
del Marketplace de Facebook o con Tweets patrocinados en Twitter activaba el
deseo del consumidor colocando una sugerente taza de café caliente. Tratándose
en los dos casos de aprovechar el hecho de una determinada situación
climatológica, el uso que cada una de las marcas hace de esta oportunidad es
radicalmente diferente.
En el caso de Starbucks se sugiere el
consumo de café y se conecta con el valor de la marca en relación con la
situación meteorológica, centrándose en el beneficio del consumidor.
Los casos
de American Apparel y Gap sencillamente apestan a oportunismo. Desvirtúan el
valor aportado por las marcas en relación con la tormenta al relacionarse con
combatir el aburrimiento o la compra en sí, y ponen el foco de la comunicación
exclusivamente en el valor aportado a la enseña al generar una venta.
Totalmente ajenas a una situación que
acabó provocando casi 200 muertos. Siendo totalmente estratégico el interés de
las marcas por incrementar su presencia e inmediatez de contacto con sus
potenciales compradores, y facilitando las redes sociales este interés, el
problema para las enseñas es el poder conseguir una máxima reactividad pero sin
perder el control de sus mensajes. Porque con un solo “¿Te aburres? Pues ven y
gasta” una enseña puede dilapidar años de comunicación construyendo imagen y
empatía con sus clientes.